lunes, 5 de marzo de 2007

ARTICULO INVITADO

Milenio de miseria
ROSA REGÀS r.regas@diario-elcorreo.com

Guerras, hambruna, dominio, terrorismo de Estado y de organizaciones, operaciones financieras injustas, manipulación de la información, pérdida de modos democráticos Tantos horrores hay en este mundo que por más que nos los repiten todos los días se nos encoge el corazón cuando los leemos en la prensa. ¿Qué podemos hacer, nos decimos, frente a tanta miseria y tanta enfermedad para las que no hay ni un orden mundial justo que les permita a los países pobres del Tercer Mundo salir del hoyo donde la Historia los ha lanzado, ni siquiera medicamentos esenciales para aliviar sus enfermedades y dolencias, cuyas patentes están en manos de las grandes industrias farmacéuticas de los países ricos? Según Amnistía Internacional, hay en el mundo 50 millones de personas infectadas por el VIH y la gran mayoría no recibe ningún tratamiento ni atención; 800 millones de personas que no tienen acceso a la comida suficiente para alimentarse; 1.100 millones de personas sobreviven con menos de un dólar diario; 1.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable; 10 millones de niños y niñas que mueren antes de cumplir los cinco años por causas evitables. Otras cifras igualmente escalofriantes nos dicen que el 70% de las personas pobres del planeta son mujeres; el 75% de las personas pobres son campesinos y campesinas y el 10% de la población mundial disfruta del 70% de las riquezas del planeta.Sí, los grandes de la Tierra se ocupan de este inacabable ejército de mujeres y hombres abandonados a su suerte. Y han establecido los llamados 'Objetivos del Milenio'. A saber : erradicar la pobreza extrema y el hambre; instaurar la educación primaria universal; promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer; reducir la mortandad infantil; mejorar la salud materna; combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad ambiental y fundamentar una asociación mundial para el desarrollo. Hace años que se establecieron esos objetivos pero o bien no se han puesto los recursos necesarios o bien no hay voluntad de solucionar el problema que, digámoslo claro, es una funesta consecuencia de una globalización que excluye a los pobres, que privilegia a los poseedores de ese 70% de la riqueza.Parece una exageración pero aunque en nuestros países se tira todo mucho antes de que se descascarille, en el mundo la miseria total avanza sin remisión. No podemos cambiar el orden económico mundial, pero sí podemos combatirlo. Por una cuestión de estricta justicia.

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